martes, 31 de enero de 2012

Un Ejemplo de Planteamiento del Problema

CAPITULO I
EL  PROBLEMA

Planteamiento  del  Problema

El turismo y su desarrollo, genera de manera directa e indirecta contextos y dinámicas que aluden a beneficios  individuales y  sociales. Frecuentemente es tomado como un referente significativo de la satisfacción de necesidades  en aquellos aspectos relacionados con la relajación, el descanso y el uso del tiempo libre, pero también con las vinculaciones que económicamente  se generan en el espacio donde se desarrolle ésta actividad.
En este sentido, Ramírez, (2003), indica que el turismo tiene como repercusión  principal la integración del grupo humano social; la elevación del valor cultural del visitante y el favorecimiento de un nuevo vigor físico. A estos elementos se agregan los beneficios económicos y de generación de fuentes de trabajo que son inmanentes a la actividad turística.
Es decir, que el turismo facilita altos niveles de satisfacción en los grupos sociales, ya sea ejerciendo la función de turista o visitante,  o como un miembro más de la población receptora.
De Milá (1993), señala que  la función de la actividad turística dentro de las sociedades se orienta a la satisfacción de necesidades de aliviar tensiones, contribuir a la relajación psicológica de los seres humanos, como forma normada de descanso; así como a la necesidad de creación de nuevas fuentes de trabajo y de riquezas para muchos grupos sociales.
Lo que conlleva a enfatizar que el turismo como producto social sustenta beneficios intra y extra individuales de amplio espectro, que le dan relevancia y permanencia  como un excelente satisfactor de necesidades.
Ahora bien, La actividad turística, en su desarrollo, concreta un intricado sistema de relaciones; éste sistema requiere un accionar equilibrado de cada elemento para articular de manera efectiva el desarrollo al que comúnmente se le asocia como práctica.
De allí, que al considerar los elementos fundamentales de su naturaleza, sea válido destacar las vinculaciones internas y externas que se generan en torno al turismo, para concretar la situación real de desempeño y estructuración que el mismo manifiesta.
En este sentido, Boullón (2005), al considerar el turismo como unidad sistémico integradora, sostiene que:

…su existencia se debe a un movimiento espontáneo por el cual la iniciativa privada, primero, y el poder público, después, fueron resolviendo las necesidades de los viajeros, al incorporar cada vez un mayor número de servicios destinados a aumentar el confort del turista y a multiplicar sus oportunidades de diversión. Así alrededor del turismo se ha ido formando una trama de relaciones que caracterizan su funcionamiento. Esas relaciones forman un sistema. (p. 31)


Por lo tanto,  el turismo como hecho social genera un esquema sistémico-relacional que trasciende a la realidad a través de las corrientes turísticas y de la estructura operativa de servicios que en torno a ellas se aglutinan.
De allí, que  el principio generador de la relación sistémica vendrá dada por el conocimiento efectivo de las condiciones que tiene el centro o área receptora (atractivos, equipamiento y servicios), las necesidades que tienen los visitantes o turistas,  los mecanismos con que se cuenta para hacer efectivas las expectativas y satisfacer las necesidades que estos tienen, así como la armonía de desarrollo en el seno de la comunidad receptora. Esto sin duda muestra la necesidad de procesos de planificación que permitan acciones adecuadas en pro del desarrollo del área en que se actúa.
Lo anterior, se circunscribe a lo que normalmente se denomina planificación del turismo, la cual Molina (2005), señala es un proceso racional que “…consiste en asegurar el crecimiento o desarrollo turístico. Este proceso implica vincular los aspectos relacionados con la oferta, demanda y, en suma todos los subsistemas turísticos, en concordancia con las orientaciones del resto de los sectores de un país” (p. 38).
Lo que nos plantea,  el hecho de que el turismo basa su desarrollo, en un análisis  racional, dinámico y equilibrado  de componentes o elementos, no visto de manera individual o aislada, sino desde la óptica sistémica, integradora u holística que dimensionalmente efectúan en un tiempo y espacio determinado.
El autor antes mencionado, sostiene que el turismo presenta ventajas y desventajas objetivas, así como contradicciones que deben ser controladas, siendo la planificación del turismo, el instrumento idóneo para racionalizar las manifestaciones del fenómeno y así vincularlas con el desarrollo global en sus dimensiones económicas y sociales.
En el contexto internacional, el proceso de planificación del turismo, a pesar de las bondades que se le atribuyen a la actividad, ha sido desarrollada de manera asistémica, incoherente y desligada de las condiciones propias de cada espacio; al respecto Boullón (2005), sostiene que “…los países beneficiados por este fenómeno crearon oficinas para administrar este nuevo sector económico y luego, cuando sus formas de operar comenzaron a complicarse y los resultados de su expansión ocasionaron nuevos problemas, intentaron planificarlo”. (p. 9)
Es decir, se dio un proceso desintegrado de actuación basado en la espontaneidad del fenómeno que no logró ser encauzado con acciones inmediatas y efectivas producto de una racionalización de medios y recursos, que generalmente se concretan en planes de desarrollo.
En países de América Latina, sostiene el autor antes citado, el desarrollo de las actividades  de planificación y administración del turismo ha venido desarrollándose con personal de otros ámbitos y pocos conocimientos técnicos, poco presupuesto y con organismos desvinculados en los distintos niveles espaciales, a lo que se une la actitud de los técnicos y políticos y la crisis de origen para hacer poco satisfactoria la aplicación de planes y metodologías de desarrollo turístico.
En la práctica, se han heredado problemas de fondo y de carácter técnico que se reflejan con fuerza en los debilitados principios metodológicos y las carentes estructuras, con que se cuenta para adelantar estudios y por consiguiente motorizar la planificación del desarrollo turístico.
Esta condición proyecta elementos importantes de desajustes en la visión de desarrollo, que no provee esquemas aceptables de sustentabilidad de la actividad turística, ya que como lo señala Molina (2005), hasta el presente no se ha impulsado y desarrollado un proceso de planificación integral del turismo que considere variables ideológicas, políticas, económicas, sociales y físico-ambientales.
En el caso venezolano,   Morillo (2007), sostiene que si bien cuenta con un potencial  de desarrollo turístico, dadas sus maravillosas riquezas naturales, siempre se ha relegado a un segundo plano la actividad turística como fuente de ingresos.
Es decir, que a pesar de que se observan condiciones excelentes para el desarrollo de las actividades turísticas,  las labores de actuación y aprovechamiento no han sido las más acordes con su naturaleza; en tal sentido, el Ministerio de Turismo (2002), sostiene que en “el sector turismo se ha observado a lo largo de su historia, una clara desvalorización de la práctica de la planificación, así como  su desvinculación con la gestión cotidiana y su control…” (p. 11)
Se expresa así, la carencia de formas ordenadas de actuación que faciliten el desarrollo y aprovechamiento equilibrado de los recursos que en materia turística se posee.
Al respecto, Duque (2006),  señala que en Venezuela la actividad turística ha sido considerada en los diferentes Planes de la Nación como una prioridad.  Pero no ha pasado de intentos vanos, puesto que no se le ha dado la connotación requerida para competir con destinos turísticos con tradición; a estas declaraciones no se les ha acompañado de definición de una visión, estrategias, programas y planes de acción como bases para el desarrollo de una actividad turística sostenible.
Es decir, se dimensiona una bajo perfil de desarrollo de labores de planificación en las estructuras generales del sistema turístico venezolano, que sugiere obstáculos funcionales  que dada la naturaleza del proceso de planificación, remiten a la obtención de productos y resultados de muy bajo nivel.
Para Martínez (2003), la desvinculación funcional entre el ente rector y los distintos niveles y sectores vinculados al turismo, es tal vez la causa vertebral de la problemática turística, puesto que el sistema centralizado de decisiones, a pesar de los ajustes que se hacen en los distintos niveles espaciales, ha sido apoyado con una ineficacia organizativa y funcional, que ha llevado al establecimiento de políticas y lineamientos desajustados a la realidad y entorno del país, generando una carente visión de la actividad turística.
Lo anterior, podría generar una traumática experiencia, sobre todo si se consideran los elementos cognoscitivos e instrumentales con los que se intenta abordar el desarrollo de un plan de esta naturaleza y con este tipo de objetivo.
En el caso del Estado Yaracuy,  el turismo ha carecido de una sistemática investigación y evaluación que de equilibrio y funcionalidad al sistema turístico.
Domínguez (2007), Presidenta del Fondo Mixto del Estado Yaracuy, expresa que hasta ahora  el desarrollo turístico había mostrado problemas graves de articulación en la fase de investigación, formulación y desarrollo de acciones, que llevaba a la inexistencia de planes concretos de desarrollo, lo cual está intentando ser revertido en la actualidad, pero que todavía no ha mostrado resultados efectivos puesto que no se ha vinculado coherentemente cada nivel y sujeto planificador. (M. Domínguez, entrevista personal, Septiembre 29, 2007)
Este parcelamiento cognoscitivo de la realidad, ha inducido a un conocimiento muy particular de la situación y sobredimensiona la relevancia de potencialidades y restricciones de desarrollo turístico, lo que crea una visión solapada y muy poco ajustada, con lo cual las propuestas con que se intenta el desarrollo turístico, son prácticamente exiguas y signadas por problemas de aplicabilidad y funcionalidad.
En el caso del Municipio San Felipe,  éste presenta condiciones importantes para el uso turístico, no obstante se desconoce la magnitud y capacidad  real que posee frente a esta situación; siendo además, la ciudad de San Felipe, capital municipal y estadal, un centro poblacional que por los servicios y equipamiento, así como por su jerarquía postula y condiciona los niveles de desarrollo de otros espacios geográficos del Estado.
Martínez (2003),   destaca que este municipio presenta un deficiente nivel de aprovechamiento de recursos, que se visualiza principalmente por el escaso nivel de directrices y propuestas de desarrollo turístico, pero también por la desvinculación funcional con los otros elementos de la superestructura para acordar políticas y estrategias de planificación y desarrollo.
Es decir, el municipio connota en esencia  una desarticulación operativa, producto de limitaciones en la producción de propuestas que signifiquen un desarrollo en el sistema turístico.
La problemática anteriormente planteada evidencia un desequilibrio en el sistema turístico, que aumentaría su índice al intentar implantar propuestas de desarrollo, desfasadas, en el espacio turístico, lo que conlleva a formularse las siguientes interrogantes:
·       ¿Cuál es  la realidad que connota el sistema turístico en el Municipio San Felipe, del Estado Yaracuy?
·      ¿Qué perspectivas plantean los prestadores de servicios turísticos y las comunidades en torno al desarrollo turístico, sus problemas y soluciones?
·      ¿Cuál es la opinión que poseen los gerentes de la superestructura turística municipal respecto al desarrollo turístico, planes y proyectos en el municipio San Felipe del Estado Yaracuy?
·      ¿Cómo elaborar un plan de desarrollo turístico en el Municipio San Felipe, con una visión integradora y sustentable de la actividad?

Lo anterior revela la importancia que pudiera revestir el desarrollo de un estudio orientado a la elaboración de un plan turístico, que facilite el aprovechamiento, maximización y sustentabilidad de los recursos turísticos en el contexto municipal;  ya que existe un desconocimiento de la realidad turístico-espacial que obstaculiza la funcionalidad en el sistema, destacando un bajo perfil en las perspectivas de desarrollo municipal y estadal.

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